Nosotros tenemos una historia de mucho esfuerzo y sacrificio. Una historia que demuestra que para salir adelante, hay que seguir empujando y luchando por nuestros sueños. No fue nada fácil, pero estamos profundamente orgullosos de lo que hemos logrado, y, sobre todo, de la oportunidad que tenemos para ayudar al mundo a ser un lugar mejor.

Hace 8 años que comenzó la busqueda de una nueva oportunidad. Lo único que teníamos claro, era que queríamos ayudar a crear un mejor futuro, por lo que si o sí teníamos que buscar la manera de ayudar a reducir los residuos que terminan en los vertederos. Es por esto que probamos emprender con distintos materiales, como con madera reciclada, creando diferentes utensilios de cocina, o el caucho reciclado, creando palmetas de caucho y pinturas a base de caucho reciclado. Cada uno de estos emprendimientos, si bien fueron buenas ideas, no logramos fueran adoptados, escalables o sostenibles en el tiempo. Fueron 8 años de sacrificios, decepciones y mucha frustración.

Hasta que un día, al cambiarnos de casa, nos dimos cuenta que si bien nuestros muebles se veían viejos y anticuados, en realidad se encontraban en perfecto estado. No podíamos deshacernos de ellos, más aún sabiendo que, probablemente, terminarían en un vertedero. Entonces decidimos pintarlos y darles una nueva vida. Y el resultado fue bastante bueno: